La Guardia Civil también investiga a un mayor de edad por la compra de uno de los teléfonos robados
La Guardia Civil ha puesto en marcha una investigación que ha culminado con la identificación de un menor de edad como presunto autor de varios delitos de hurto en un centro escolar de Palos de la Frontera. Además, un mayor de edad ha sido investigado por un delito de receptación tras adquirir uno de los teléfonos móviles sustraídos.
La investigación comenzó a raíz de varias denuncias interpuestas al inicio del curso escolar pasado, en las que se alertaba sobre el robo de teléfonos móviles en el centro educativo. Estos hechos generaron una notable preocupación entre los padres, los estudiantes y el personal docente del instituto.
Tras meses de pesquisas, la Guardia Civil logró identificar al presunto autor de los robos, que resultó ser un alumno del centro. Según se ha determinado, este menor aprovechaba los descuidos de sus compañeros durante el horario lectivo para sustraer sus dispositivos móviles. Los robos se producían de forma discreta y en momentos en que las víctimas dejaban sus pertenencias desatendidas.
Además de identificar al autor de los hurtos, la investigación también permitió dar con una segunda persona, un mayor de edad, que adquirió uno de los móviles robados. Esta persona está siendo investigada por un delito de receptación, al haber comprado el dispositivo sin verificar su origen.
Recomendaciones para evitar compras ilegales
La Guardia Civil ha aprovechado este caso para recordar a la ciudadanía la importancia de verificar el origen de los artículos que se adquieren de segunda mano, especialmente cuando la compra se realiza a particulares. La institución aconseja solicitar siempre comprobantes de compra o cualquier documentación que certifique que el producto no ha sido robado. Si el precio parece sospechosamente bajo o si no se proporcionan pruebas del origen legal del artículo, es recomendable abstenerse de realizar la compra.
Este tipo de prácticas contribuyen a evitar la compra de productos robados y a no ser partícipes, aunque sea de manera involuntaria, de actividades ilegales. Las autoridades también han recordado que la receptación es un delito y que puede tener serias consecuencias legales para quienes compran objetos robados, incluso si lo hacen sin conocer su origen.
El caso de Palos de la Frontera pone de manifiesto la importancia de tomar medidas de precaución tanto en el entorno escolar como en las compras de segunda mano, con el objetivo de proteger tanto a las víctimas de hurtos como a los compradores de productos de origen dudoso.