En un reciente pleno ordinario del Ayuntamiento de Cartaya, el grupo municipal de VOX vio cómo su moción para la creación de un servicio de Protección Civil en la localidad no lograba el apoyo necesario, debido a la oposición del Partido Popular (PP) y de Independientes por Cartaya (ICAR). A pesar de la falta de consenso en este punto, la sesión dejó un balance mixto con la aprobación de otra moción propuesta por VOX, dirigida a mejorar los espacios destinados a los perros en la localidad.
Francisco Díaz, portavoz de VOX en el consistorio, defendió la necesidad de un servicio de Protección Civil con recursos completos, similar a los que existen en otros municipios. «Queremos que la Protección Civil de Cartaya cuente con todos los recursos y servicios que presta en otros municipios», afirmó Díaz. Sin embargo, su propuesta fue rechazada bajo el argumento de que ya se estaban realizando trámites para establecer un equipo de voluntarios de Protección Civil, una medida que Díaz considera insuficiente para las necesidades del municipio.
El debate sobre la moción reveló diferencias significativas en cuanto a la visión de seguridad y gestión de emergencias entre los distintos grupos políticos del ayuntamiento. Mientras VOX buscaba una institución con recursos amplios y permanentes, el gobierno local, liderado por el PP, apostaba por una solución basada en el voluntariado, lo que para Díaz y su partido no alcanza el nivel de profesionalización y preparación que Cartaya necesita.
Por otro lado, la moción sobre la mejora de la zona de esparcimiento canino y la creación de nuevos espacios para perros en El Rompido y Nuevo Portil sí recibió un amplio respaldo. Esta propuesta fue vista con buenos ojos por la mayoría del pleno, destacando los beneficios que podría traer en términos de limpieza y convivencia urbana. Solo Izquierda Unida se abstuvo en la votación, sin expresar oposición directa al fondo de la medida.
Esta sesión del ayuntamiento pone de relieve las tensiones y los retos en la gestión municipal, donde la seguridad y el bienestar ciudadano se cruzan con la política partidista. Las decisiones tomadas en Cartaya son un reflejo de un panorama político más amplio en el que los proyectos de bienestar común a menudo se ven influenciados por estrategias políticas y visiones ideológicas divergentes.